Cuando yo era una niña, tuve cualquier cantidad de perros, siempre expresando mi amor y afecto hacia ellos.

Conforme pasó el tiempo, dejé de tener perros, y no fue sino hasta treinta años después, que mis tres hijos, después de tanto tiempo de pedirme que tengamos un perro, que accedí a ello. Fue así como llegó Myla a nuestro hogar y a nuestras vidas; ella cambió la armonía de nuestra casa, ya que trajo puras alegrías, bendiciones y mucho amor a ella.

Después de un tiempo, y volviendo a sentir el amor de tener un perro en casa, se me ocurrió la idea de empezar un nuevo negocio de collares y correas para perro, al cual sin pensarlo mucho decidí llamarlo MYLA.

Y fue así, que después de pensarlo tanto, se me ocurrió la idea de ayudar a grupos indígenas, fomentando el bellísimo arte mexicano y expresándolo a través de estos collares y correas con diseños originales hechos 100% por manos de artesanas oaxaqueñas, y así poder enseñarle al mundo de que esta hecho nuestro grandioso México, llevando el nombre de Myla en alto.